APELO A TU IMAGINACIÓN: Continúa el relato "El parking"

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Os propongo un juego:

Leed el principio de esta historia, imaginad la continuación y aportar vuestro granito de arena añadiendo el fragmento que le sigue.
Intentaremos seguir el relato desde el comentario anterior, así será de todos y cada uno de nosotros.


***

Abrí los pesados párpados, me incorporé del suelo y sacudí mis ropas, confundido. No sabía cuánto tiempo había estado desparramado en mitad de aquel parking subterráneo. Todas las luces estaban apagadas, solo se adivinaban las siluetas de algunos coches dormidos en la espesa negrura. Me resultaba realmente extraño que, sin una sola bombilla iluminando la estampa, lograra ver más allá de mis narices.
Yo era un tipo parapetado tras unos enormes cristales de culo de vaso, más bien escuálido y torpe. Un chaval invisible, alguien con el que no merecía la pena perder el tiempo. Una rata de biblioteca que suscitaba el más brutal sentimiento de vergüenza ajena a todo el que tenía la desgracia de compartir mi mismo vagón de metro.
¿Si no soy capaz de ver tres en un burro cómo diablos soy capaz de ver en la oscuridad más absoluta? – pensé con mis queridas gafas hechas un amasijo de metal entre las manos.

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Anónimo 20 de junio de 2012 a las 0:33

Las gotas de una vieja tubería me hicieron caer en cuenta que tenia la cara empapada en un mejunje nada agradable.
Me aparte rápidamente gateando, descuidando mis anteojos en el charco mugriento. Un velo cubrió mis parpados, un intenso mareo, dolor, nauseas. Volví a sentarme, frote mis parpados,pese a intentar enfocar mis ojos, el velo en mis corneas persistió, nunca mas se iría.

Unknown 20 de junio de 2012 a las 1:07

Nunca me había gustado demasiado el agua, me duchaba cuando era estrictamente necesario y rehuía de la idea de mitigar el asfixiante calor del verano en la playa o en piscina municipal, prefería malgastar mi tiempo dibujando, leyendo o escribiendo versos sin sentido al amparo de las cuatro paredes de mi apartamento. Nunca me había gustado demasiado el agua pero en aquellos momentos, sin entender muy bien porqué, la aborrecía de una forma visceral.

Unknown 20 de junio de 2012 a las 10:13

Aquí falta el "me gusta"


Con el sabor amargo y pestilente del agua aun en la boca, una punzada en el costado me saco de mi letargo. El aullido de dolor hizo que la rata se desprendiera. Me miro y sorteando los charcos, se alejo arrastrando el colgajo.
Mire la herida. La palpe. Un hilillo de sangre casi imperceptible brotaba de la herida.
De una forma instintiva me coloque las destartaladas gafas que, con el tiempo, ya formaban parte de mi anatomía. Incomprensiblemente lo veía todo borroso. Las guarde en el bolsillo de la camisa.
Todavía aturdido, aterido de frio y con las ropas empapadas, comencé a caminar. No llevaba mas que un par de pasos cuando tropecé y caí de bruces sobre su cuerpo. Incomprensiblemente, después de todo lo sucedido, ella seguía allí, a mi lado.

Unknown 20 de junio de 2012 a las 11:50

Llevaba casi un año sin echar un polvo, o algo que se le asemejase, desde aquella cita ciega con "la chica de la risa estridente". Supongo que mi memoria selectiva había borrado todo lo demás, no fue un plato de buen gusto ni siquiera para el tipo más fracasado de la ciudad.
Lejos de intentar incorporarme, permanecí sobre ella unos segundos sin apartar mi vista de su extraño rostro. El contacto de sus casi imperceptibles curvas contra mi cuerpo consiguió que me estremeciera.
Alicia, o Malicia, como yo la solía llamar, llevaba siguiéndome durante las tres últimas semanas. Se había convertido en mi sombra, en mi rémora particular. Siempre que abría la puerta de mi apartamento allí estaba ella, con su frac negro y su sonrisa afilada. Yo bufaba de fastidio al verla y me echaba la mochila al hombro; ella se encogía de hombros y comenzaba una nueva persecución.
Ahora Malicia estaba inmóvil, pálida y rígida como una bella estatua del Renacimiento. Me volví a estremecer. Ahora me gustaba incluso más que antes.

ORLANDO TÜNNERMANN 21 de junio de 2012 a las 7:14

¡Hola Tamara! bienvenida a mi blog Bladerunner-sirenas-in-love

Siempre me gusta asomarme a la azotea de pensamientos y urdimbres literarias de mis seguidores. Escribes muy bien, me gusta tu estilo, la presentación es magnífica. Tengo muy poco tiempo, pues aparte del trabajo, vida personal y demás, no doy abasto con mis 5 blogs y los arttículos, novelas y demás que publico también en el periódico digital Globedia.com

Está interesante el inicio de este relato. Tenía una buena amiga a quien hecho de menos con quien co-escribía relatos habitualmente. Era algo de lo más productivo y divertido.

Un saludo

Unknown 21 de junio de 2012 a las 13:22

Gracias por tu visita y comentario, Víctor. Yo también me he asomado a tus "rincones" y me han gustado mucho. Arte, lugares de ensueño,cine, muy buenos relatos...
En cuanto a este blog, viendo los tuyos, la presentación es pelín mediocre, jajaja. Soy novata en esto y se me resiste.
Un abrazo.

Unknown 21 de junio de 2012 a las 13:26

Sigamos con el relato:

Ahora Malicia estaba inmóvil, pálida y rígida como una bella estatua del Renacimiento. Me volví a estremecer. Ahora me gustaba incluso más que antes.
- Malicia - susurré en su oído con la total certeza de que era demasiado tarde para una declaración de amor-. ¿Malicia que ha ocurrido?

ORLANDO TÜNNERMANN 21 de junio de 2012 a las 14:35

¡Hola Tamara! gracias por tus visitas a mis blogs. Por allá siempre serás bienvenida. A mi me gusta tu blog, tiene una belleza discreta en mi opinión, nada jactanciosa, natural... poco a poco tú misma irás descubriendo los matices u ornatos que le hagan falta. Entretanto, disfrutando navegando a través del fascinante viaje por las letras. Déjate llevar y disfruta con tu imaginación, crea universos literarios, lo demás vendrá solo, con la inspiración, con la musa. Si quieres en otra ocasión podemos escribir algo juntos, como un experimento de probeta. Ahora tengo menos tiempo, es algo que hacía con cierta frecuencia con mi amiga Mariam. Fusionar dos corrientes narrativas diferentes siempre es emocionante. Nosotros la publicábamos en Globedia.com, las dos partes, la que yo comenzaba y Mariam acababa, o a la inversa. Sigue creciendo amiga, escribes bien, con talento y ritmo narrativo. Un abrazo

Unknown 21 de junio de 2012 a las 14:55

Cuando quieras, Víctor. Pongo a mis desnutridas musas a tu disposición, solo tienes que avisar.

Unknown 22 de junio de 2012 a las 15:41

Tuve el impulso irrefrenable de besarla, nunca antes la había deseado, pero en ese momento mi testosterona me nublaba la poca cordura que parecía tener y sin más dilatación mis labios encontraron los suyos. ¡Dios! Fue entonces cuando me di cuenta que Malicia estaba muerta. El frío de su cuerpo invadió el mio y un escalofrío extremadamente intenso recorrió hasta la última de mis terminaciones nerviosas. No tenía ni la menor idea de que había sucedido y cada segundo que pasaba me hacía estar cada vez más y más aterrado.
En la oscuridad palpe su cuerpo en busca de respuestas encontrando a la altura de su pecho izquierdo una especie de cuchillo clavado hasta el fondo y empapado en restos de sangre que empezaba a coagularse.

Unknown 23 de junio de 2012 a las 7:46

En aquel tiempo me convertí en una rata de biblioteca. Tenía treinta y siete años , y todavía no había terminado mi absurda tesis sobre la copula primaveral del gorgojo de la patata, con la que llevaba diez años enfrascado.
Me había comido mi enésima cheeseburger sin queso. La colombiana de la cafetería se partía de risa y miraba a sus compañeros con un guiño de complicidad cuando me veía aparecer. Era estúpido pedir aquello, pero el pan estaba mas sabroso. Con cada bocado mas me costaba encajar mi orondo trasero en tan estrechas sillas.
Mi mesa era un caos. Restos de comida, papeles, grasa, libros.
Un día, como de costumbre, una interna acerco a mi asquerosa mesa la pila de libros que le había pedido. Entre las páginas de uno de ellos; “Ponderación agrostatica del crecimiento celular” obra cumbre del Dr. Otto Shwardicton , encontré un papel con un nombre; Alicia y un numero de habitación. Mire a mi alrededor sondeando quien podía ser el emisario y la encontré mirándome. Nunca había reparado en ella, formaba parte de la decoración de la biblioteca.
Seguí recibiendo mensajes suyos. “a las tres en el jardín”, “te veo en la sala de televisión”, “hoy no llevo bragas”…., así a diario. Después de docenas de mensajes, un día respondí.
Ella siempre impecable, yo destartalado. Ella siempre con una palabra amable, yo huraño.

-¿Por qué yo y no otro?- Le pregunte en uno de nuestros encuentros.
Se limito a mirarme y quitarse un pelo de la comisura de los labios mientras yo me subía a duras penas la bragueta.
Jamás la toque, jamás la desee.

Hoy, al notar su cuerpo ya frio a mi lado, el mundo que conocimos dejo de existir. Lamente el enorme error que cometimos escapándonos de aquel lugar, nuestra casa, el psiquiátrico.

Unknown 23 de junio de 2012 a las 12:44

- Mocoso - dijo el eco de una voz-. Mocoso, debemos irnos o nos encontrarán.
Abrí los ojos, desconcertado. Aún me encontraba en aquel parking, en aquella tumba improvisada en las entrañas de la ciudad. Todas las luces permanecían apagadas y continuaba viendo con una nitidez asombrosa. Palpé mi enjuto cuerpo, mis grasientas greñas y suspiré de alivio.
- Jodidas pesadillas... - musité, descansando la nuca sobre el suelo.
Por un momento me había metido en el pellejo de un tipo enorme, medio calvo y obsesionado con la cópula de no sé que bichejo de la patata. De nuevo me había convertido en mi padre. Siempre que el sueño me vencía me veía en el "Psiquiátrico Cumbres Verdes" con la apariencia de mi padre mientras Malicia me asediaba con todo tipo de obscenidades. Supongo que su reciente muerte a manos de otro interno había causado estragos en mi mente; supongo que el haberle abandonado en aquel agujero de dementes a su suerte y su escabroso final alimentaban mi mala conciencia; supongo que sentía un pánico irrefrenable a acabar como él, solo y atiborrado a pastillas para nublar la conciencia.
- ¡Mocoso, no hay tiempo!- me sobresaltó una voz de acento extraño-. ¡Muévete!
Sin incorporarme del suelo, giré la cabeza a mi derecha, dónde debería estar ella.
- ¿Dónde está? - pregunté levantándome del suelo con la agilidad de un gato-. ¡Tengo que llevarla a un hospital!
Una desganada carcajada me respondió. Desvié la mirada a un punto concreto de la vasta oscuridad que me rodeaba.
- Deberías haberlo pensado antes ¿no crees, mocoso? - contestó aquella cadenciosa voz-. Poco puede hacer un matasanos con esa preciosidad, tendrá que contentarse con un una camilla en la morgue.
De pronto, una garra surgida de la negrura se aferró en mi hombro con fuerza y me guió a empujones hasta el asiento de copiloto de un Ford Mustang del sesenta y seis rojo, estacionado a varios metros de nosotros.

Anónimo 24 de junio de 2012 a las 16:40

Una garra, cuyo tacto resultaba tétrico y familiar por igual.
- Vivir hemos durante largo tiempo en sombra- entono una gutural voz.- Es hora de ira nuestra despertar-
Tras unos instantes de confusión, la escuálida silueta se aproximo a mi altura. Su rostro a pesar de ser escalofriante, no me aterrorizaba, pero si me inquietaba.
Palpe a ciegas los mandos del Mustang, buscando la luz interior.
De pronto un destello ilumino el interior del vehículo.
- ¿De mi acordarte tu?...

Unknown 24 de junio de 2012 a las 17:10

Solo pude negar con la cabeza, las palabras se negaban a salir de mi garganta, incluso ellas temía rozar el aire que aquella criatura respiraba.
- ¡Venga doc! En serio crees que este mocoso puede recordar algo a parte de su miserable vida humana? - dijo con causticidad la mujer que estaba al volante - ¡Ni siquiera ha sido capaz de reconocer a su cancerbero!
Miré por el retrovisor atenazado por el miedo. En el asiento trasero, el tipo de la garra helada se encogió de hombros.
- ¿De mi acordarte tú? - repitió ignorando a su discípula.
Por un momento la imagen de Dark Vader revelando su parentesco a Luck Skywalker me dejó sin aliento: "Yo soy tu padre".
Apenas pude contener una risilla nerviosa.
- Creo que no.

Unknown 24 de junio de 2012 a las 18:43

Me desvio de Dark Vader:

-Como me vuelva a llamar mocoso le forro a ostias- Pensé
Llevaba tres días con la misma ropa. El olor mezcla de sudor, sangre y alcohol hacían que ambiente del interior del coche se hiciera irrespirable.
Además, la alergia me estaba matando, hacia que mi voz fuera nasal y respirara con dificultad. Me busque en los bolsillos. Chasquee la lengua, cerre los ojos y mire al techo del Mustang, no me quedaba ni un solo pañuelo de papel.
- ¡Joder!-
El último lo había usado para cerrarle la boca a aquella peluquera. Sus gritos hubieran despertado a todo el vecindario.
Mi cabeza choco con la ventanilla por un brusco giro a la izquierda, sacándome de mis pensamientos
-¡Ey! No nos persigue nadie- Le grite frotándome la sien.
El turco siempre conducía como si fuera la última vuelta de un gran premio. Era un vicio adquirido de su época de matón.
Mi padre lo encontró malviviendo como portero en un burdel de carretera. Su enorme complexión hacia reflexionar al mas brabucón de los clientes.
Entro a su servicio como guardaespaldas, pero pronto se convirtió en mi compañero de correrías nocturno.
El fue el que encontró a los médicos, carentes de escrúpulos, capaces de diagnosticar a mi padre una inexistente locura por un puñado de monedas. El fue el que falsifico documentos que nos estaban permitiendo dilapidar su fortuna y él era el que me encontraba tras días desaparecido después de mis, cada vez mas frecuentas brotes psicótico- violentos.
-Aprieta turco- Le dije, volviéndome hacia él.
Con solo mirarme a la cara sabia iba a volver a suceder y necesitaba las pastillas.

Unknown 24 de junio de 2012 a las 19:20

- ¿Te encuentras bien, mocoso? - preguntó esbozando su más socarrona sonrisa-. Tienes mala cara.
Giré el retrovisor hacia mí y me contemplé en silencio: las greñas se adherían a mi cara como tentáculos negros en un fondo pálido, casi ceroso; dos ojos azules se asomaban entre el pelo y me contemplaban con verdadera repugnancia.
- Turco, a estas alturas deberías haberte ahorrado esa pregunta, ¿no crees? - respondí recolocando de nuevo el espejo.
Ambos guardamos silencio.
Mi mente trabajaba a un ritmo frenético. Jamás había llegado tan lejos, jamás había matado a una persona.

ORLANDO TÜNNERMANN 25 de junio de 2012 a las 14:28

Hola Tamara! gracias por tus amables palabras, me alegro que te haya gustado mi análisis pictórico, cómo esta mujer anhela conservar sus emociones y no tornarse frío lienzo. Presenté recientemente esta novela corta al concurso de relatos del Museo Thyssen, aunque no gané, eso es soñar despierto... Un saludo, gracias por la visita.

Unknown 25 de junio de 2012 a las 16:24

Pues sigue soñando porque merece muchísimo la pena poder leer tus sueños.
Un abrazo.

ORLANDO TÜNNERMANN 27 de junio de 2012 a las 7:18

¡Hola Tamara! gracias por tus amables palabras. Es un placer recibir tus visitas en mis blogs. Me alegro que te haya removido la curiosidad la fascinante Armenia. Tú sigue escribiendo, porque lo haces realmente bien. Tienes facilidad de expresión. He leído partes de este relato, hilvanas muy bien la historia. Yo me distraigo hasta con el vuelo de una mosca, tengo problemas de concentración y eso a veces se ceba con mis escritos. Un saludo

Unknown 27 de junio de 2012 a las 11:56

La verdad es que nunca había llamado mi atención, pero después de leer tu artículo confieso que metí las narices en la red para saber un poco más. Me llamó la atención que "ubiquen" El Jardín en Armenia. Mi pregunta es la siguiente:
¿Si tiene localización el Edén, tendrá localización el Averno? Es que desde que vi "Desmontando a Harry" de W. Allen, tengo claro dónde quiero pasar mi inexistencia, y me gustaría saber el emplazamiento concreto para echar un vistazo en plan viaje turístico.
No, ahora en serio, me han gustado tus artículos, espero leer muchos más y ver alguna que otra foto, que seguro habrás hecho un montón. ;)
Un abrazo.

ORLANDO TÜNNERMANN 27 de junio de 2012 a las 14:43

¡Hola Tamara! es un placer verte de nuevo por esta casa literaria, tu casa, para siempre que desees visitarme. Efectívamente, Armenia es muy interesante y probablemente volveré por allá en alguna ocasión en el futuro. Gracias por tus ánimos y elogios para con mi estilo narrativo, eres muy amable. Te cuento que no pongo más fotos en el artículo porque las publico en el periódico digital WWWW.GLOBEDIA.COM, donde escribo hace años y por cuestiones de espacio no puedo poner más, ese es el motivo. Fotografías hice por allí varios miles... Un abrazo amiga

ORLANDO TÜNNERMANN 27 de junio de 2012 a las 14:48

¡Hola Tamara! la verdad es que no he visto esa peli... gracias por tus palabras e interés. Hice muchísimas más fotos, como te cuento en el comentario anterior, por problemas de espacio en Globedia.com, donde escribo hace años, no puedo poner más, si te interesa te puedo enviar. Voy a estar un buen tiempo con los artículos de Armenia, y después toca Georgia, que también estuve allí. Sería un placer tenerte de compañera lectora durante esta viaje narrado a través de mis apuntes y recuerdos. ¿Sabes? yo me apunto también a la localización del Edén, allá donde esté... lo único que te puedo decir es que en ARmenia, desde el Arco de Charents, hay unas vistas increíbles del monte Ararat, la bíblica cumbre donde se supone que posó su arca Noé tras el diluvio. El Ararat, de nieves perpetuas, es una maravilla. Un abrazo amiga.

ORLANDO TÜNNERMANN 27 de junio de 2012 a las 15:45

¡Hola Tamara! te envío ahora un correo y te cuento como es lo de globedia.com Me alegro que hayas pasado a hacerme una visita por allí. Un abrazo

Unknown 28 de junio de 2012 a las 11:38

Una garra, cuyo tacto resultaba tétrico y familiar por igual.
- Vivir hemos durante largo tiempo en sombra- entono una gutural voz.- Es hora de ira nuestra despertar-
Tras unos instantes de confusión, la escuálida silueta se aproximo a mi altura. Su rostro a pesar de ser escalofriante, no me aterrorizaba, pero si me inquietaba.
Palpe a ciegas los mandos del Mustang, buscando la luz interior.
De pronto un destello ilumino el interior del vehículo.
- ¿De mi acordarte tu?...
Solo pude negar con la cabeza, las palabras se negaban a salir de mi garganta, incluso ellas temía rozar el aire que aquella criatura respiraba.
- ¡Venga doc! En serio crees que este mocoso puede recordar algo a parte de su miserable vida humana? - dijo con causticidad la mujer que estaba al volante - ¡Ni siquiera ha sido capaz de reconocer a su cancerbero!
Miré por el retrovisor atenazado por el miedo. En el asiento trasero, el tipo de la garra helada se encogió de hombros.
- ¿De mi acordarte tú? - repitió ignorando a su discípula.
Por un momento la imagen de Dark Vader revelando su parentesco a Luck Skywalker me dejó sin aliento: "Yo soy tu padre".
Apenas pude contener una risilla nerviosa.
- Creo que no.
La ácida mujer que maniobraba para escapar de aquel parking asfixiante agitó la cabeza y soltó un suspiro de exasperación. La escuálida silueta oscura del asiento trasero del Mustang me analizó por el espejo retrovisor e hizo un ademán con su huesuda mano:
- Aún pronto es para recordar.

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