Recuerdos: El germen de mi locura
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Exhumando los huesos del pasado
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Ya puestos a narrar cuentos y demás milongas existencialistas de mayor o menor sentido, me gustaría compartir con vosotros, cómo y de qué manera, nació en mí la necesidad de contar historias:
Desde mi más pava edad ya disfrutaba escribiendo cursis historias románticas protagonizadas por vampiros pusilánimes, mucho antes del azote de Crepúsculo, pero aquellos relatos nunca superaban mis expectativas o simplemente se quedaban a medio hacer, acumulando polvo en una carpeta preadolescente y dosis brutales de vergüenza ajena-propia, como el vino peleón que trata envejecer en barrica. Recuerdo uno llamado Cautivos de la noche… Cabe mencionar que aquella carpeta contó con la misma suerte que los libros de caballería de nuestro hidalgo castellano más famoso.
Siendo algo más mayor me decanté por actividades más propias de una cría que juega a las casitas con la soberbia del que se cree que lo sabe todo. Soñé con experimentar las emociones que describía en mis pueriles cuentecillos victorianos y me emparejé, creyendo que para la eternidad como mis putos vampiros, con un acémila que me arrastró a la más pura y básica simplicidad. Ignoré consejos que debía haber aceptado, desatendí a mis amigas de toda la vida, renuncié a una buena formación creyéndome más que nadie y me bebí la inspiración. Efectivamente estaba con un vampiro, un súcubo que se nutría con mi creatividad. Durante unos años no escribí ni soñé con hacerlo.
La cosa cambió cuando, azarosamente, hallé a mi igual, descubriendo en él una mente siamesa a la mía. Volví a dibujar, a soñar despierta y a esbozar nuevas historias que tampoco llegarían a nada.
Alguien que ya no está, pero al que siempre le estaré agradecida por su inyección de inspiración extra llena de poesía, me devolvió las ganas de emborronar cuartillas con mis inquietudes. Compartí con él algunos poemas y él, consiguió hacerme llorar en el patio de su casa, con la belleza de su verso libre sobre la higuera de Cuenca, el puerto de Sant Feliu de Guixols y el vencimiento del sueño de su compañera, una gran mujer a la que también quiero mucho.
Entre versos fallidos e ilustraciones vacías, pasó el tiempo y, como una nube negra que se cierne sobre ti, la Duda se aferró a mi existencia. Dudé de mi pasado, de mi presente y de mi futuro; de mí y de todo el que me rodeaba. Aquella oscuridad se reflejó en mis creaciones, dando origen al relato La bestia durmiente, y se instalaría en mí dando cobijo a mis musas, en ocasiones vagas y decadentes, en otras, fecundas y maravillosas.
Me moría por hacer algo más grande, algo que supusiera para mí un reto difícil de alcanzar, pero nada me animaba a hacerlo. Esa chispa que origina el incendio no aparecía y yo me mantenía a la espera inconscientemente a que ocurriera. Pero un buen día ocurrió. Metí las narices en un juego online multijugador y me topé con gente fantástica que rezumaba buen humor y creatividad. En aquel juego cada uno daba forma a su personaje, en ocasiones hasta cuatro. Hombres, elfos, gnomos, orcos, etc.
Sí, podéis llamarme friki, lo soy, aunque yo me denominaría elfa oscura de nivel 27.
Cada uno puso su granito de arena regalándome la historia de su personaje y las enlacé en la mía propia, siendo este el germen del proyecto en el que trabajo ahora. Nació el inquietante Zarkêo, la indómita Ellphiër, el lenguaraz Giödex y con estos otros muchos bichos raros inspirados en mayor o en menor medida en los personajes de aquel juego. Nació la Región de los Reinos, la Región Silvana, la del Averno… Brotaron en el mapa ciudades como Murah, ciudadelas como Bathian y aldeas como Thodan; océanos como el Silryo, bosques como Suspiriux o Sathras y cordilleras como las Quebrantahuesos.
Acabé el manuscrito que narraba su épica historia y conté con gente maravillosa a mi lado que no dudó en leerlo y mostrarme su apoyo y sus magnificas ideas. Ahora lo estoy desarrollando con la intención de que algún día vea la luz y el que lo lea pueda disfrutar tanto como yo al escribirlo o criticarlo hasta la saciedad. Para gustos, colores.
Y de esta manera tan absurda como bonita soñé en escribir para mí, principalmente y para todo aquel que quiera leerlo.



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Grande como siempre!!! Me encanta!! Fiel seguidor de tus andaduras, como no, también de tu blog!!
Venga!!!
Dale rienda suelta a tu vanidad.
Más que unas cuantas líneas llenas de vanidad, es una auto-crítica al tiempo perdido y un guiño a muchos de vosotros. Tal vez con vanidad te refieras a que es completamente insustancial, tal vez a mi prepotencia por permitirme hablar de mi misma, aunque probablemente es parte de una antigua broma que muy pocos conocen.
Esto es una pequeña dosis de vanidad, "Dei", estoy preparando la redacción sobre el verano pasado, jajajjajajaa. Yo...blablabla..yoyoyo....blabla... jajajaja
Y Zarkeo, ya sabes que mis andaduras son las tuyas propias. Formamos una misma sinécdoque. La parte por el todo.
Gracias por la traducción de sinecdoque, se agradece!
no hay de qué
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