Quizá el 2014

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Un año más, pero no un año cualquiera. Un año que comenzó haciendo gala de positivismo; un año que acaba sumido en una realidad abrumadora.

Un año de aprendizaje, sin duda: "La letra con sangre entra"-piensa este cuerpo exangüe. Lección tras lección como un racimo de puñaladas recosiéndome los costados. Quizá necesite una transfusión de ingenuidad.

Este año no habrá listas de buenos propósitos para el que venga, se quedaron todos en éste: enquistados en el calendario, en localizaciones que pretendo olvidar y en personajes que permanecerán cual sombras en las páginas de mi historia, la mayoría ni eso.

Este año me hablaron sobre máscaras auténticos maestros del disfrad, me hablaron sobre islotes perdidos en la inmensidad de un océano oscuro; me reservaron plaza en corazones patera agasajándome con lo imposible: No quiero achicar agua de embarcación alguna, no pretendo alcanzar la tierra prometida ni plantarme una careta que no es de mi talla; prefiero cruzar este desierto a nado con la cara limpia, la cabeza rapada de ideas absurdas y el corazón alicatado con losas de marmol.

Quizá el 2014 traiga consigo nuevos vientos que soplen estas velas parcheadas, quizá viejos huracanes me regalen tormentas de arena y sal que se adhiera a aquellas heridas que aún no han cicatrizado. En cualquier caso seguiré caminando sin echar la vista atrás, no habrá más carga que la de estas losas de marmol. No aguardo primaveras que derritan los hielos del invierno, me quedaré donde estoy envidiando al oso, capaz de invernar tres meses y medio del tirón y despertar al chapoteo del campanu.

Quizá el 2014...

*** Transfusión completada***

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