Aún sueño con el tren
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Exhumando los huesos del pasado
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Aún sueño con el tren; ya no está en la estación. Nunca llevo equipaje de mano, lo que realmente importa está filtrado en el tuétano, es invisible a los ojos de los demás pero pesa demasiado. No debería suponer problema alguno, siempre me he considerado un animal de carga; supongo que me hará más fuerte... o me hundirá en lo más profundo seguida de una estela de nicotina y sal.Tú lo elegiste- me digo. No tuve elección- respondo. Hay cosas que no se eligen, simplemente son o no son.
Aún sueño con el tren, quizá por eso haya adoptado el bioritmo de un gato. Deambulo en la quietud nocturna que me ofrecen estas cuatro paredes y esquivo el ataúd negro que alberga mi fantasma de madera: mi pulso arrítmico ya sólo sirve para sostener este cigarrillo eterno. Dudo que sea la única que quema sus días de este modo.
Cierro los ojos y vuelo en círculos en un mundo de sanadores y asesinos, sin ser ni lo uno ni lo otro. En un mundo de elefantes con cabeza de perro, de arco- iris monocromáticos y campos de giralunas; en un mundo con forma de mástil de vértebras retorcidas, de balas proyectadas tras filas de dientes apretados, de autoestimas desfilachadas, de mentones deformes, de batallas contra lo imposible, de contradicciones, de causas y efectos... de nada.
Aún sueño con el tren, pero me obligo a despertar al igual que me obligo a usar la imaginación para crear, no para destruir. Esta última frase me ha gustado, creo que todos deberíamos aplicarnos el cuento.



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¡Hola! muy bien escrito, dominas la prosa perfectamente. Me encantan las historias de trenes, el medio de transporte por excelencia, tan romántico y evocador. Saludos
Porque cada vez que lo leo se me eriza el vello !! Fantástico!!
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