Esbozos: Amanece blanca

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   Amanece blanca y radiante como una condenada en el altar, como una novia en el patíbulo, desafiando al tipo del alzacuellos y la mirada torva que se debate entre comulgarla y darla la extremaunción.

   Amanece blanca y bella, como una señora de la guerra, colosal, gélida e inmaculada. Se viste de un manto polar, muestra su yelmo nival. Llegan de sus labios pétreos un soplo que promete los peores sabañones a quien pretenda recorrerla. Sus suspiros llegan hasta nosotros convertidos en confetti suave y helado, tratando de ocultar el asfalto con su dogma y borrar la huella del hombre sobre sus faldas.

   Amanece blanca y desarmante la Sierra de Guadarrama. Se alza soberbia e impetuosa sobre los tejados de Manzanares el Real, recordando a su castillo que no hay más fortaleza que su cuerpo de roca inmemorial.


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Unknown 28 de febrero de 2013 a las 22:33

Una de mis musas, sin duda, inspiración para dar forma y vida a las Quebrantahuesos y su Travesía de los Bastardos.

ORLANDO TÜNNERMANN 2 de marzo de 2013 a las 7:50

¡Hola Tamara! hacía tiempo que no te leía. Has desaparecido... preciosa la foto. Cómo en tan pocas palabras puedes decirlo tan bonito... escribes de fábula, con el lenguaje rico, culto y adornado que a mí tanto me gusta. "La mirada torva, el yelmo nival..." fantástico. Un saludo

Unknown 2 de marzo de 2013 a las 19:07

¡Hola Víctor! La verdad es que tengo el blog un poco olvidado. Estoy metida de lleno con un proyecto de novela y evito toda distracción posible. Pero levantarme por la mañana, mirar por la ventana y contemplar este regalo se merecía un post cuanto menos.
Lo del yelmo nival, no es más que un guiño a todo aquel que conozca esta serranía. El bloque grande y redondo que se yergue sobre todo lo demás se conoce como El Yelmo, desde donde se puede contemplar unas vistas maravillosas y el pausado y elegante vuelo de los buitres leonados.
Un abrazo, Víctor.

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