Como un perro

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Como un perro, así me percibo. Quizá no todo lo perra que debería, pero al menos tanto como para renegar de la vitro y optar por comerme una salchicha hotdog cruda, exactamente lo mismo que les ofrezco a mis canes cuando hacen algo bien, para condicionarles a que sigan haciendo lo correcto. Condicionamiento puro y duro. ¿Se podría comparar el efecto de una nómina a fin de mes a un trozo de salchicha? ¿El euro es al Homo sapiens sapiens cómo la salchicha al Canis familiaris? ¿Jadearás por cuatro duros? ¿Lamerás manos, te sentarás cuando te lo pidan y podrás mear siempre y cuando ellos lo permitan? ¡Razón de más para abrazar con mayor fervor el dogma canino!

Como un perro, así me siento. Con el instinto básico de sobrevivir, de aplacar el hambre y la sed, de aliviar las necesidades propias de un animal. Sin pensar en el mañana, sin recordar el ayer. Ignorando los prejuicios y el eco de los juicios absurdos de los conocidos que dicen conocerme y me catalogan de perra. Ignorando a todos aquellos que tienen culo y opinión; a todos aquellos a los que preferiría olisquearle el culo antes que tener en cuenta sus palabras vacías, sus graznidos huecos y estridentes; a todos aquellos que preferirían verme con un bozal mientras la sociedad me lleva de la correa, la misma correa que se ciñe a sus cuellos y les ahoga.

Como un perro, un sabueso que rastrea, que percibe más allá de lo sus ojos ven. Un perro que busca la aprobación de los que realmente le importan, que oye el susurro de la inspiración más allá del motor de los coches, del bullicio de la televisión, del cacareo de aquellos que le tienden una salchicha esperando que haga alguna monería.

Como un perro que inspira a grandes poetas sin "o":

"Para contarte
que quisiera ser un perro y "oliscarte".
Vivir como animal que no se altera
tumbado al sol lamiéndose la breva,
sin la necesidad de preguntarse
si vengativos dioses nos condenarán,
si por Tutatis
el cielo sobre nuestras cabezas caerá."

Como Marron, como Dido, como Moyo. Como Blake, como Blanca... Kun, Nala, Tío, Tronco, Sacha, Chico...



Como un perro.


Un ladrido a todos.

17 comments

Unknown 1 de julio de 2012 a las 22:10

Que bueno!!!!!me parece a mi que cada vez somos mas perros? para bien o para mal.MUAAAAAAAA

Unknown 2 de julio de 2012 a las 0:31

¿Qué somos más los perros o que nuestra perrería aumenta?. En todo caso tenemos mucho que aprender de ellos y SIEMPRE es para bien. Como diría Alaska: "¡A quién le importa lo que yo haga!"

ORLANDO TÜNNERMANN 2 de julio de 2012 a las 7:26

¡Hola Tamara! muy interesante y escrito en lenguaje llano, que aunque no es mi favorito, no suele ser mi opción, es siempre asequible y entretenido. Me gusta esta visión simbiótica con el perro, esta transfiguración emocional. Sorprendente comienzo. No sé si al final te animaste a pulular por Globedia.com
Si necesitas cualquier cosa ya sabes donde encontrarme. Un saludo

Igor 2 de julio de 2012 a las 16:29

Quisiera yo también ser perro. Y poeta sin "o". Y correr e ir y venir, y como dices, saltarme toda hipocresía.
Confieso que no siempre soy perro, que muchas soy burro que corretea tras el premio —llegar a fin de mes, ya ves—, intentando ver sachicas y ataduras con langonizas allí donde solo te dan pan duro hasta el extremo.

No quisiera ser pez en ninguna pecera. Yo quiero ser un perro.
Besos.

Igor 2 de julio de 2012 a las 16:30

Me encatan el cambio de bloglook, por cierto.

Unknown 2 de julio de 2012 a las 18:06

Hola Víctor, aún no he hecho nada en Globedia, haber si me pongo las pilas (más que perro parezco un perezoso tridáctilo, jajaja)Respecto al lenguaje y tal... bueno, digamos que cuando la rabia me inspira salen este tipo de engendros.

¡Igor, Nos faltan el gato y el gallo!
Ahora en serio, supongo que he plasmado de forma errónea la repulsión que siento hacia esta sociedad materialista. La gente trabaja duro para seguir adelante y no por eso dejan de ser inconformistas o renuncian a sus sueños. Mi crítica va enfocada a aquellos que tienen como hobby menospreciar,a los que no preguntan "¿Te gusta tu trabajo?" sino "¿Cuánto ganas?" A aquellos que sonríen con condescendencia cuando les hablas de tus proyectos... Aunque mirándolo por otro lado, dudo mucho que lleguen a leer esto o metan algún día sus narices aquí... ¡Puede que lo cuelgue en facebook!jajaj, es broma.
1 beso a los dos.
¡Guau!

Unknown 2 de julio de 2012 a las 18:09

Pensándolo bien... creo que esa salchicha estaba en mal estado.

Vicente L. Rubio 3 de julio de 2012 a las 9:46

Yo diría que ¡ Guau, Guau !

"A menos que creáis en vosotros mismos, nadie lo hará; éste es el consejo que conduce al éxito".
John D. Rockefeller

Un abrazo amiga Tamara

Unknown 3 de julio de 2012 a las 12:26

¡Hola Vicente! Bienvenido a La Buhardilla.
Muchas gracias por tu comentario, y más aún por esos ladridos, no tienes idea de cuanto animan.
Me quedo con el consejo de Rockefeller; intentaré creer un poco más en lo que hago, dejando a parte el éxito y sobre todo, seguir disfrutando mientras lo hago, que ese es el mayor premio.
1 beso, amigo.

Yolanda.B 3 de julio de 2012 a las 14:18

Muy ingenioso, me gusta. Ja ja, pero por favor come algo más que una salchicha. Quién pudiera cambiarse por un perro !que verdad!con buenos dueños claro,despreocuparse y vivir la vida...

Unknown 3 de julio de 2012 a las 14:41

¡Hola Yoli!Me veo obligada a alegar en mi favor que la salchicha era de un grosor más que aceptable, jaja. (Comí algo más aparte de esa salchicha, no te preocupes)
La vida de perro, suena a utopía, pero si giro la cabeza hacia la derecha, puedo ver a mis tres bestias durmiendo panza arriba e incluso podría advertir en sus hocicos un amago de sonrisa.
¡Un besazo, guapísima!

Anónimo 3 de julio de 2012 a las 15:09

Como buen perro, como, defeco, atiendo y protejo a aquellos que me cuidan, mis congéneres. Me hermano con los míos y lucho con ellos. Reímos y lloramos juntos. Jugamos y dormimos unidos. Viviré y pereceré por y para ellos. Un lamido de hocico para este clan.

Unknown 3 de julio de 2012 a las 16:31

¡Buen chico, Kiddo! ¡La manada unida por siempre!
Bueno, llegados a este punto, creo que debería buscar el número de Cesar Millán para que nos dé unas clases.
¡Un lamido de hocico, gos!

Unknown 3 de julio de 2012 a las 19:29

Otro gallos nos cantara si viviéramos tan unidos. Tan en manada como ellos.
Aaaaaauh!!

Unknown 4 de julio de 2012 a las 12:46

¿Ves? Es que tenemos mucho que aprender todavía de ellos.
Auuuuuuh!

HGV 7 de julio de 2012 a las 22:30

Pues sí, me ha molado el símil del chucho. Con poesía incluida, redondo. Y sobre todo, estoy de acuerdo contigo en que tenemos que aprender mucho de, no solo de los perros, sino de los animales en general. Perros, gatos, pjarillos y pajarracos, bichos ridículos y mastodontes imponentes.

Ea, voy a seguir mirando qué escribes por aquí.

PD: gracias por parara comentar por mi blog ;)

Unknown 8 de julio de 2012 a las 14:51

¡Bienvenido, Fer! Mi buhardilla es tu buhardilla. ;)
Me alegra que te guste, y la poesía no es mía, es un fragmento del "Cuarto movimiento" de "La ley innata", de Extremoduro. Rober es uno de los poetas macarras de nuestro tiempo, me encanta.
Y sí, deberíamos aprender de todo ser viviente que nos rodea y aprender a asemejarnos un poco con ellos, tal vez de esa manera nos fuera un poco mejor.
1 abrazo.

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