¿Ilusa?
Ahora que está de moda el desapego, que la cabina perdió la guerra contra el 3g, que las cartas dejaron de ser cartas, que no hace falta devolver al remitente sólo con clasificarlo como spam basta.Ahora que nos volvimos tan prácticos, tan realistas, tan nosequé. Tan dueños de todo, tan llenos de nada; tan impasibles, tan descafeinados, tan faltos de pasión.
Nos empeñamos en ponerle caducidad a todo, optamos por contratos hasta fin de obra, nos negamos a creer que hay cosas que jamás se rompen. Nos sentimos entre nosotros con obsolescencia programada.
Y me agota.
Necesito creer... que ese alguien crea.
Me niego a sufrir el desengaño que experimentan los niños al descubrir que los reyes magos no existen. Por mucho empeño que ponga tu lengua o las redes sociales en recalcarme lo contrario, seguiré preparando leche con galletas antes de irme a dormir.
Y sí. Podéis incluirme en la puñetera generación "Disney", pero también en la de "El hombre y la tierra"; porque, como una gran imperial de hombros nevados, espero a mi igual entre la bruma de este retorcido cuento. Espero un creyente agnóstico que no se limite a las medias tintas. Y quizá el paso de los días me demuestre que ese alguien eres tú.
Quizá;
preciosa palabra.


