No comment yet
Sistemas operativos que no operan.
Veneno metafísico, ondas gamma;
barridos de frecuencia silenciosos,
ladridos que ametrallan contra el alba.

No sé si soy planeta o soy estrella,
la luz que emito sólo es un reflejo.
Espejo al rojo apunto de fundirse
en un millar de astros en el cielo.

La vida son dos días o eso dicen.
Desear no es privilegio de cobardes.
Un viaje a Marte nunca es suficiente
si no reúno el valor para soñarte.

Flores rojas

No comment yet
Por fin le tenía frente a mí. Llevaba meses tras su estela de flores rojas; flores que en muchas de las ocasiones ni siquiera habían abierto sus pétalos. Por fin cara a cara; cuerpo a cuerpo.

A decir verdad, jamás imaginé el ansiado encuentro de aquel modo. Había recreado mil escenas distintas, diálogos para todas ellas. A estas alturas no me avergüenza reconocer que mi obsesión cruzó el límite de ensayarlas frente al espejo del baño; para qué.

Él llevaba un traje oscuro, una camisa oscura, una corbata oscura. Parecía haber salido de una de esas películas en blanco y negro que tanto le gustaban a mamá. Su sonrisa, perfecta y estudiada, se ampliaba hasta convertirse en una mueca deforme. No apartaba sus ojos de los míos, parecía disfrutar los matices de mi gesto de estupefacción.

Un calor húmedo y viscoso se escurría por mi pierna, empapando el tejido vaquero que la cubría. Mi entrepierna latía con doloroso ímpetu. Mi corazón parecía haber emigrado del pecho para alojarse en mi ingle izquierda.

Jamás imaginé que el principio de aquella historia comenzara de aquella manera. Sonaba Summertime interpretada por Ella Fitzgerald, la pólvora ocultó el perfume caro que percibí nada más abrir aquella habitación. Mi único recurso se escurrió de mis dedos hasta caer a mis pies.

" Deberían replantearse el diseño de los antibalas, ¿no crees?"

Esas fueron sus únicas palabras.

Momentos después no fui más que otra flor roja. Una flor roja sobre una moqueta mugrienta de un motel de carretera.